Dos políticas superadoras
La metodología con la que diseñamos el Rural Repopulation NEB Fest comenzó por preguntar cuáles eran las trabas reales para la repoblación, para acto seguido ponernos a buscar referentes y casos de éxito superando esas trabas.
En dos ámbitos importantísimos encontramos dos políticas de la Xunta de Galicia realmente superadoras: las Casas Nido y las Casas de Mayores. La primera da los medios para suplir la carencia de guarderías en los pueblos, la segunda solventa la dificultad y coste de levantar centros de día para poblaciones pequeñas y áreas de urbanismo disperso.
El método es básicamente el mismo: establece unos mínimos y fija unas cantidades con las que el gobierno regional apoyará anualmente a las iniciativas para crear Casas Nido o Casas de Mayores en pueblos pequeños. A la Xunta le salen las cuentas, a las asociaciones de los pueblos y los jóvenes que quieren establecerse dando un servicio de educación infantil o atención de mayores, también. Donde el estado no llega y al mercado ni se le espera, la comunidad se afirma con apoyo de políticas públicas que además, salen baratas. Así de simple.
Contrastamos con personas de distintas asociaciones, grupos y pueblos en distintas regiones para ver si alguien veía alguna pega que se nos estuviera escapando... y a todos les parecieron envidiables el diseño y los resultados. ¿Cómo no se le había ocurrido a nadie antes?
Etzioni y el comunitarismo político
Estar adelantado a los tiempos puede ser admirable, pero garantiza que el efecto de uno sea mínimo.
Amitai Etzioni, El guardián de mi hermano.
Bueno... en realidad si se le había ocurrido a alguien. Alguien que de hecho construyó durante décadas todo un edificio conceptual e ideológico -el comunitarismo- en torno a la generalización de este tipo de políticas: Amitai Etzioni.
Etzioni, planteó superar las políticas públicas basadas en la dicotomía mercado/estado por un metabolismo a tres: estado, mercado, comunidad.
Expresiones como «tercer sector» o «tercera vía» derivan de este modelo. Claro que Etzioni, cuando hablaba del tercer sector o de la necesidad de convertir en un eje de la acción pública su refuerzo (la tercera vía entre liberalismo y estatismo), pensaba en sujetos comunitarios como aquellos a los que se dirigen las políticas gallegas: grupos de padres, asociaciones locales, grupos de vecinos... y no en macro-organizaciones como las grandes charities anglosajonas, ONGs globales o grandes fundaciones nacionales. Y menos aún en mamotretos con forma fundacional creados desde instituciones públicas para liberar a la gestión de controles legales o por grandes empresas para vehicular su impacto social.
Pero lo cierto es que, en los noventa y a manos no sólo del blairismo, la teoría -o mejor dicho, el lenguaje- del comunitarismo sirvió de taparrabos a un floreciente sector oenegero que se profesionalizaba y corporativizaba rápidamente y, lo que fue peor, para iniciar privatizaciones más o menos disfrazadas de servicios públicos de gran impacto social.
Es la época en que aparecen fundaciones que toman la gestión de universidades, centros de acogida y hospitales públicos, políticas sociales y culturales e incluso agencias de desarrollo, iniciando un largo, doloroso y precarizador desmontaje.
No era lo que proponía Etzioni, obviamente, cuya visión estaba mucho más cerca de Dewey que de Blair. Pero bastó para estigmatizar ante la opinión pública la tercera vía y la idea misma de comunitarismo político. El saqueo retórico y terminológico que Blair y el blairismo hicieron del trabajo de Etzioni, le costó a sus teorías varias décadas de oscuridad. Hasta hoy.
Sin embargo, había una realidad que daba la razón a los blairitas y abría el juego para que organizaciones mecánicas suplantaran a las iniciativas sociales de base: en los años noventa el tejido social de base se había reducido y atomizado hasta la práctica inexistencia. Etzioni, cuyo modelo vital y moral había sido siempre el kibutz, llegaba a la política europea demasiado tarde... o demasiado pronto.
¿Quién fue Amitai Etzioni?
Amitai Etzioni, muerto ahora hace menos de un año, fue seguramente el más influyente de los discípulos de Martin Buber, tanto en la Academia como en la política, en la que llegó a asesor presidencial de Carter y Clinton.
En su trabajo académico supo ir contracorriente: cuando tecnocracia era una buena palabra, Galbraith estaba de moda y la teoría de las organizaciones se vendía como base de una reconciliación entre el PCUS y las multinacionales estadounidenses, Etzioni retomó las críticas de Boulding e incorporó la pespectiva buberiana (orgánico vs mecánico) para señalar las contradicciones entre las organizaciones complejas (grandes empresas, agencias, sindicatos, etc.) y los fundamentos teóricos básicos de la democracia, desechando una perspectiva individualista pero enlazando sus resultados morales con la mirada de Hanna Arendt sobre la responsabilidad en el Holocausto y la crítica del pragmatismo americano al homo faber.
Cuando Arrow se consideraba el nuevo Newton, la famosa síntesis samuelsoniana intocable y Friedman el pionero de una revolución intelectual, Etzioni hizo una crítica ontológica de la Economía Neoclásica que no ha sido superada en la Academia todavía.
Y cuando la izquierda académica americana empezó a orientarse hacia el identitarismo, Etzioni, reforzó su apuesta moral y política por el universalismo.
En el espacio público, fue batallador en lo moral y pragmático en su acción política.
Se convierte en un referente de la izquierda estadounidense por su denuncia de las armas nucleares y su liderazgo público contra la guerra de Vietnam; defiende las políticas de familia desde la izquierda cuando, en los setenta, la izquierda anglosajona las deja de lado arrastrada por las modas sesentayochistas; en los 90 es primera figura académica en ver la importancia de los derechos digitales y la privacidad, rechaza la retórica controladora post-11S y el asalto a la privacidad digital de las presidencias de Bush y Obama.
Dedicó los últimos años de su vida a intentar convencer a los demócratas estadounidenses de que había alternativas al rumbo que apuntaba cada vez más abiertamente, hacia una guerra con China.
¿Hora de una relectura de Etzioni a la luz de la Repoblación?
En un contexto como el de la despoblación rural, con poblaciones muy dispersas, la lógica de grandes escalas de las grandes empresas no puede llegar a proveer servicios de modo rentable y la lógica de las políticas públicas de obtención de calidad mediante concentración de servicios no puede llegar de manera eficiente. Las guarderías y los centros de día son dos ejemplos claros.
Y ahí es cuando aparece de nuevo la comunidad y lo comunitario y germina el verdadero «tercer sector».
Tal vez es hora de empezar a releer a Etzioni a la luz de la repoblación.