17/4/2024 | Entrada nº 86 | Dentro de Maximalistas

Se buscan maximalistas y comuneros

El festival Repoblación 2024 («Repopulation NEB Fest 2024») ha sido un éxito. La reflexión de consenso entre los participantes refuerza la primera parte de la consigna que abre este blog, «Sólo la comunidad organizada puede generar un nuevo modo de vida». Pero esa misma consigna tiene una primera parte no menos importante.

Sólo la comunidad organizada puede generar un nuevo modo de vida

El festival Repoblación 2024 (Repopulation NEB Fest 2024) nos ha tenido intensamente ocupados durante las últimas semanas. Ha merecido la pena. El resultado no ha podido ser mejor. Han surgido alianzas entre organizaciones y redes, proyectos, complicidades y multitud de ideas útiles.

Todo sin eclipsar una reflexión profunda y compartida: sólo si la comunidad local se involucra en la fundamentación, el diseño y la ejecución de las acciones orientadas a construir un mejor modo de vivir, tendremos resultados sostenibles.

Como decimos en la consigna de este blog: «Sólo la comunidad organizada puede generar un nuevo modo de vida». Pero esa misma consigna tiene otra parte y no es menos importante.

Sólo el trabajo asociado (al modo maximalista) puede dar el marco adecuado a la producción colectiva (para que sirva a la comunidad)

Desde el punto de vista maximalista, toda esta experiencia ha sido una demostración práctica de hasta dónde puede llegar la simbiosis entre una comunidad local organizada y volcada en un objetivo y un pequeño motor comunero dedicado en cuerpo y alma a proponer y sacar cosas adelante.

Pero el trabajo no ha acabado ni mucho menos. Lo importante es lo que viene ahora. Sólo en esta semana estamos organizando la financiación de un comedor infantil, estudiando cómo arrancar talleres de oficios, una red de ayuntamientos de cuatro países en despoblación y dos residencias artísticas internacionales en pueblos pequeños, una de un grupo de teatro francés en un pueblo extremeño, otra de músicos de distintos lugares de Europa en un pueblo de la serranía norte sevillana. Y vienen cosas de mayor escala en los próximos días y semanas.

Todo se saca adelante con trabajo gratuito de los maximalistas y con el respaldo económico de la Fundación Repoblación, fundada y financiada por nuestra cooperativa.

El ejemplo del NEB Fest

El NEB Fest es un buen ejemplo: llevó muchas horas de trabajo de organización -que pudimos aportar porque habíamos organizado previamente nuestras planillas para que fuera posible- y pudimos invitar a las personas más relevantes en cada tema porque estábamos dispuestos y éramos capaces de pagar los costes que suponía en viajes, alojamiento y demás gastos asociados.

Con la maquinaria organizativa ya en marcha, aparecieron entidades colaboradoras -el Ayuntamiento la primera- que aportaron materiales y trabajo, un patrocinador que cubrió una parte de los costes económicos y los vecinos de Valverde, que además de ser parte del diseño y creación de contenidos, pusieron leña, decoración, aportaron trabajo y hasta organizaron colaborativamente -cocinando y llevando incluso vajilla- una cena multitudinaria de cierre que era deseable pero que no teníamos en programa porque no nos llegaba el presupuesto.

Lo importante: no jugamos de farol, no podemos frustrar expectativas. Si arrancamos un proyecto como éste necesitamos la seguridad de que, entre lo que aporta la comunidad organizada y nuestros propios medios, podemos llevarlo a cabo hasta el final. Y si esa lógica aplica a un evento, aplica aún más a un servicio comunitario como un comedor infantil o un sistema de clases de refuerzo.

El aporte maximalista

En pocas palabras: si no lleváramos al límite el marco de los principios maximalistas, si fuéramos una empresa social o incluso una cooperativa de trabajo normal, nada de todo lo que hacemos sería siquiera planteable. Es lo peculiar, la vida comunera que hace diferente nuestro modo de vida y trabajo, lo que cubre las espaldas de la Fundación. Vivimos en campaña permanentemente, nos movemos por objetivos que siempre ponen la comunidad en la que vivimos por delante y cada día es una aventura colectiva.

No hay que dejar volar demasiado la imaginación para darse cuenta de a qué punto una vida comunera está llena de sentido en su día a día. Lo que hacemos, pequeño o grande, a través de la cooperativa o a través de la fundación, es útil, refuerza la organización comunitaria donde estemos y aporta para hacer posible que los demás puedan construir vidas mejores.

Se buscan comuneros

Durante muchos años hemos aprendido y perfeccionado nuestro propio sistema para maximizar el impacto social de lo que hacemos. Si queremos hacer más y llegar más lejos, hacen falta más maximalistas y en especial más comuneros.

Así que nuestras puertas están abiertas a quien quiera vivir como nosotros con el mismo objetivo vital que nosotros y el mismo ánimo. Nadie nace sabiendo y estamos dispuestos a invertir, formar y apoyar a personas que estén dispuestas a comprometerse con nuestro modo comunero de vivir y trabajar.

Pero no olvidamos que aunque la vida comunera sea maravillosa, no es para todo el mundo. Es exigente. Requiere espíritu comunitario, desapego por lo que la sociedad entiende como señales externas del éxito, capacidad de trabajo, disfrutar del aprendizaje y sentir en los huesos el deseo de transformar el mundo a base de aporte y sin permitirse lamentos ni melancolía. Lo que, a su vez, requiere mucha autonomía personal, mucha fuerza y saber entender de verdad qué es la responsabilidad colectiva. Una forma de trabajar y convivir que, aunque se refuerza en el hacer, no va a aparecer ni llenar a nadie simplemente por simpatía con sus resultados.

Así que es muy posible que aunque te guste lo que hacemos y cómo lo hacemos, simplemente nuestro modo de vivir no sea para ti. Pero...

¿Y si quiero aportar pero no llegar tan lejos?

También tenemos una oferta potente para ti.

Nunca hicieron falta tantos emprendedores cooperativos. Tenemos energía, práctica, conocimiento y herramientas de sobra para formarte en el CEM y acompañarte en el proceso de emprendimiento de una cooperativa maximalista.

Lo hacemos desde cero y con toda la paciencia del mundo, a lo largo de todas las fases que hacen falta para crear una cooperativa de trabajo con sentido comunitario real y tangible.


¿Te llama ser comunero o cooperativista? ¿Tienes dudas? ¿Quieres detalles? Muy fácil: Escríbenos un correo eléctrónico o contacta con nosotros en Telegram.