Un día en el juego político europeo
Ayer fue un día intenso políticamente. En España y en toda Europa.
Aunque la mayor parte de Europa ni se enteró, se celebraba el primer debate televisivo entre cabezas de cartel de las elecciones europeas. Lo organizaba Politico, un medio estadounidense ligado a los sectores clintonitas del partido demócrata de EEUU. Y por si el simbolismo fuera poco, se celebró en inglés. Los participantes eran todos alemanes menos un holandés y un luxemburgués.
El contenido dio para pocas innovaciones. Von der Leyen mostró su juego cuando le preguntaron si estaba dispuesta a trabajar con el grupo parlamentario de ultraderecha en el que están los representantes de Meloni, Vox, los Demócratas de Suecia y otras hierbas semejantes. La respuesta de la Presidenta de la Comisión fue que depende en gran medida de la composición del parlamento y de quién está en cada facción. Dicho de otro modo: lo que convenga según salgan los números. Por lo demás, lo que más sonó fueron los cantos militaristas de verdes y liberales proponiendo más acción y más tropas en el Sahel, y más armamento en Ucrania y las fronteras orientales de la Unión. ¡Planazo!
Mientras, en España, el Presidente, tras un fin de semana de movilizaciones de apoyo de las bases de los partidos del gobierno de coalición, anunciaba que no pensaba dimitir, ni plantear una moción de confianza en el Parlamento, ni nada dramático. Circulen y vuelvan a sus quehaceres, por favor, eso sí, sigan atentos a los medios para más información.
¿Te interesaste en política para ésto?
Que la UE es cada vez más dependiente de EEUU; que cuanto más crece más descarada es la centralidad de los países de lenguas germánicas; que la ultraderecha y sus barbaridades llevan todo el camino de ser normalizadas en Europa; que los Verdes, nacidos del antimilitarismo de los 80 son ahora los más belicistas de todos los partidos; y que ser de izquierdas tiene que ver cada vez más con mostrar amor al líder, son tendencias que llevan mucho tiempo desarrollándose.
No es que no tuvieran oposición social, incluso moral, de buena parte, si no de la mayoría, de la población europea. El problema es que la política de la calle repite una y otra vez lo que habitualmente reprocha a los políticos profesionales: es meramente reactiva y declarativa.
Las energías se van en seguir culebrones mediáticos e ir a manis que se convocan desde la urgencia y la cocina mediática y de las que poco o nada queda después. No dejan proyectos en marcha, tejido organizado ni nada que de continuidad a lo que se pretendía expresar.
Es hora de darse cuenta de que democracia no es sólo lo que coreas sino, sobre todo, lo que construyes. Y en ese frente, el único capaz a largo plazo de dar forma al curso de las cosas, siempre faltan manos. ¿Te unes?