El significado histórico de la «Lógica de la abundancia» de Juan Urrutia
Un balance final de este itinerario desde la perspectiva, hoy orillada, del impacto que las ideas abundantistas de Juan tuvieron en España e Iberoamérica durante dos décadas.
El impacto de Juan Urrutia en lo socialmente admisible
La idea de que el capitalismo puso en marcha una revolución de las capacidades productivas de la Humanidad y que incuba la posibilidad de la abundancia, había iluminado el pensamiento económico desde Marx hasta Keynes. La mirada chata del marginalismo inglés y la secta austriaca sin embargo, había conseguido invisibilizar la idea de que el capitalismo condujera o pudiera conducir a ningún lado.
En ninguna época esta estrechura intelectual fue peor que en los años noventa y dosmil, el periodo dorado del neoliberalismo (1984- 2017). En esas dos décadas Juan Urrutia fue el único economista que retomó la perspectiva de la abundancia, intentando legitimarla y sostenerla desde el núcleo mismo del pensamiento neoclásico. Su carácter conservador, su defensa de la propiedad privada y las instituciones de la competencia, etc. dan aún más valor a su trabajo y permitieron decir cosas que sin ese soporte hubieran sido reprimidas socialmente con contundencia.
Y es que si algo no puede minusvalorarse en absoluto del aporte de Juan Urrutia fue la aparición y discusión pública durante casi veinte años, en medios económicos (Expansión, Actualidad Económica, El País, etc,), académicos (Ekonomiaz, Revista de Economía, etc.) y de élites (Política Exterior) de artículos con gravitas académica afirmando que el futuro -deseable además- del capitalismo estaba más cerca del comunismo abundantista de Marx que de la mezquindad thatcherita y la miserabilidad ultraliberal de inspiración austriaca.
Todo además, dicho desde un conservadurismo de base identitaria e incluso comunitarista, por un economista respetado, que acompañaba cuando no invitaba a los grandes nombres del pensamiento económico del momento a España e Iberoamérica, que se sentaba en el consejo de administración de un banco que estaba entre los cinco mayores del mundo y que presidía el consejo editorial del mayor grupo iberoamericano de prensa económica y el consejo social de la mejor universidad española del momento.
El resultado, costoso en términos sociales y políticos para él, sin embargo marcó la diferencia entre España y los países vecinos y cercanos:
- Al presentar la gratuidad espontánea que emerge a partir de la eclosión social de Internet como el resultado óptimo de la concurrencia competitiva y desacralizar la propiedad intelectual, los argumentos de Juan Urrutia son fundamentales para enfrentar la reacción criminalizadora de los monopolios mediáticos y de contenidos contra los usuarios de tecnologías de topología distribuida (gnutella, emule, bittorrent, etc.).
- Al estudiar los primeros comunales digitales universales desde la mirada del mercado y presentarlos como garantes de la competencia y revulsivos para la innovación, los trabajos de Juan Urrutia sirvieron también para ganar legitimidad pública al movimiento del software libre e, indirectamente, obtener las complicidades o cuando menos la neutralidad de las administraciones para entrar en mundos controlados por lo público como la Educación.
Lo que le debemos los maximalistas
Para los maximalistas, que habíamos llegado a la mayoría de edad en pleno tsunami ideológico global del fin de la Historia, la Lógica de la Abundancia y en general el espíritu y la guía de Juan Urrutia fue fundamental para poder reapropiarnos del tiempo histórico que vivíamos. Sin eso hubiera sido imposible convertir la abundancia -una creencia a ocultar- en un programa y una visión del mundo a enarbolar. Y además, hacerlo desde el mercado, convirtiendo nuestros productos y ofertas en experimentos de las posibilidades abundantistas de las tecnologías distribuidas y los comunales digitales universales.
Discursos de Juan Urrutia derivados de su mirada sobre la Lógica de la Abundancia como el dejarse arrebatar por el cambio o, después, la competencia fraternal, nos dieron forma dando sentido social y público a nuestro rechazo a patentar, registrar o proteger legalmente nuestros propios desarrollos y creaciones. Dicho de otro modo: nos mantuvieron alejados de la creación artificial de escasez y sirvieron de argumento para docenas de innovaciones que protagonizamos a lo largo de más de dos décadas.
Y en los últimos años, apuntes de Juan Urrutia como la reinterpretación de la good life keynesiana en mejor modo de vivir o el paso del espíritu del hacker de los comienzos de Internet al pluriespecialista comunitario de la era IA, han estado en el sustrato de nuestra estrategia y adaptaciones a un tiempo marcado por la recentralización y la renacionalización, es decir, por un retroceso general de las fuerzas sociales y tecnológicas que nos acercan a la abundancia.
¿Por qué es importante recuperar el trabajo de Juan Urrutiia y su historia?
Hoy parece no importar en el relato social que la lógica de la abundancia permee cada vez más áreas productivas, desde la agricultura a los servicios sociales, ya que todas son cada vez más intensivas en conocimiento. No importa que el desarrollo tecnológico reduzca escalas y aumente alcances posibles convirtiendo las cadenas de producción en algo cada vez más robotizable. No importa que la IA y los sistemas de distribución global permitan ya acertar significativamente en la predicción de necesidades individuales sin necesidad ni siquiera de preguntar... la abundancia vuelve a ser tabú y utopía y la guerra y la amenaza nuclear vuelven.
Por eso, la batalla por argumentar la posibilidad y necesidad de la abundancia está más abierta y es más urgente que nunca y por eso hicimos este itinerario. Esperamos que te haya aportado argumentos, ideas y coraje.