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Identidad y pertenencia

El punto de partida de la aproximación de Juan Urrutia a las redes y, a través de ellas, a la abundancia, es su modelización de las comunidades -y con ellas de las identidades- como un conjunto humano dentro del cual los costes de transacción se diluyen o, al menos, se reducen significativamente.

Identidad y pertenencia

Comunidad, identidad y costes de transacción

Juan Urrutia no es sólo y ni siquiera principalmente un economista formado en el molde neoclásico. Crecido en el Bilbao franquista en una familia nacionalista vasca de raigambre liberal -su abuelo fue uno de los famosos auxiliares que defendió la ciudad de las hordas carlistas- los conceptos de comunidad, identidad y pertenencia le resultan tan importantes como ajenos son a la Economía académica.

Los intentos de introducir la identidad en el marco neoclásico de grandes economistas de su generación como Akerlof, Sen, o en Europa, de su amigo Salvador Barberà, le saben a poco, porque inevitablemente reducen lo comunitario a una coalición instrumental de individuos que se alían para maximizar sus propias preferencias, o esquivan la cuestión de la identidad, que tan unida está a la impugnación de esa concepción individualista del grupo.

Frente a eso planteará lo que para la Teoría Económica era una definición novedosa de comunidad como un conjunto de individuos ligados por un conjunto de memes -ideas concretas y reproducibles- que se han convertido en valores y puntos de vista estables porque expresan la historia colectiva y los aprendizajes del grupo a lo largo del tiempo.

Un conjunto de individuos en efecto puede estar estructurado y de hecho en general está estructurado por un conjunto de memes sociales entre los que se encuentran valores, pautas de conducta, normas, leyes e instituciones que han surgido de la interacción entre los miembros individuales de ese conjunto.

Una manera muy útil de pensar en estos memes sociales es como si constituyeran los equilibrios de un juego dinámico del tipo evolutivo. Una vez alcanzados esos equilibrios, que lo son a prueba de invasión de mutantes, conforman la identidad del grupo y, de una forma menos precisa, constituyen el imaginario colectivo de ese grupo.

Esta impugnación va más allá de lo formal. Al incorporar lo comunitario, la racionalidad maximizadora del homo economicus entra también en cuestión.

Un aspecto específico de esta relativización del individualismo metodológico, es que la racionalidad individual puede no agotarse en la instrumental ni siquiera aderezando esta última con gotas de altruismo. Cabe pensar en una racionalidad expresiva que lleva a decisiones que indican la pertenencia y que no es sino el trasunto del compromiso con la identidad.

Y es ese compromiso con la identidad el que sería relevante, pues crea un espacio de confianza en el que los costes de transacción se diluyen o cuando menos se reducen.

La estabilidad de la identidad/comunidad

Pero Juan Urrutia, que es un mutante, un traidor que no comparte muchos de los dogmas del mundo nacionalista vasco, no intenta esquivar que la pertenencia implica no sólo acceder a un espacio donde identidad y confianza van de la mano, sino, para el disidente, un coste potencial de exclusión.

Cada uno de los miembros del grupo lo valora como tal grupo, en buena parte porque le proporciona un sentido de pertenencia y, por lo tanto, siente que algo pierde si se separa de él para ingresar en otro, que puede ser objeto de venganza y que tendrá que pagar una penalización para reincorporarse.

Estos tres costes constituyen el coste de la disidencia y, dependiendo de ellos nos encontramos con que la identidad es más profunda, en el sentido de que es más difícil de disolver, cuanto mayor es la amenaza posible contra el disidente y cuanto menor es el coste que impone la venganza del ortodoxo, es decir cuanto mayor es el coste de la disidencia.

Y de hecho, argumenta, son los costes de disidencia los que dan estabilidad a las identidades reduciendo los costes de transacción y asegurando la confianza. Si estos se redujeran -diluyéndose por ejemplo los límites de la identidad colectiva frente a terceros-:

El committment sostenido por la identidad sería menos exigente y todo lo que se puede conseguir con esa identidad se haría más difícil. En concreto en esa comunidad la confianza mutua sería menor y los costes de transacción mayores.

Esto no quiere decir que Juan Urrutia defienda identidades cerradas con unos costes de disidencia brutales como condición para la eficiencia de los teoremas.

Por el contrario, Juan Urrutia, ve al disidente -más auténtico cuanto mayores sean los costes que tenga que sufrir por su disidencia- como un mutante en un sistema evolutivo, es decir, como la garantía potencial de supervivencia y adaptación de la comunidad a cambios en el medio.

Los imaginarios culturales colectivos vehiculan pautas conductuales que, por un lado, facilitan la vida en común y que, por otro lado, es bueno que sean plurales y se rocen unas con otras contribuyendo a la emergencia de otras nuevas y presumiblemente mejores.

Es decir, lo que sostiene las identidades en el tiempo es tanto los costes de disidencia -apoyados en cosas como el reconocimiento de la comunidad por terceros- como la tolerancia de la identidad a cierto grado de diversidad que permita la individuación de sus miembros -traiciones sucesivas a los prejuicios comunitarios- sin desdibujar la identidad colectiva frente a propios y extraños.

En ese equilibrio de lo identitario/ comunitario los costes de transacción se verían reducidos por la confianza entre los miembros y la perspectiva keynesiana de la abundancia se abriría paso entre los Teoremas de la Economía del Bienestar.

Contenido complementario

A la individuación por la pertenencia. Juan Urrutia (¿2000?)

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Pregunta 1

¿Qué generan las comunidades identitarias en el modelo económico de Juan Urrutia?

Pregunta 2

¿Qué mantiene estable una identidad/comunidad para Juan Urrutia?

Pregunta 3

¿Qué lugar ocupan las comunidades y la identidad en la teoría neoclásica del equilibrio general?

Juan Urrutia y la Economía de la Abundancia › Tema 2

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