11/10/2023 | Entrada nº 41 | Dentro de Modo de vivir

¿Cómo promover un nuevo modo de vida?

De la regla de San Benito a Chernichevski, invitar a un nuevo modo de vivir ha tenido herramientas muy diferentes, pero efectivas.

Promover un nuevo modo de vida es ir contracorriente. Y en una sociedad en Crisis de Civilización ir contra una corriente turbulenta. Por eso la tradición de los reformadores del modo de vida comienza con las reglas monacales medievales. Pocas cosas tan ilustrativas de qué estaba fallando en el mundo cristiano del siglo VI en el que el sistema feudal no acababa de cuajar que la «regla» de San Benito y pocas cosas tan significativas de la gran convulsión que significó la Revolución Comercial medieval para el sistema cuando se estabilizó como la regla de San Francisco en el siglo XIII. Escribir de forma normativa los valores y la vida cotidiana de los pioneros era algo así como redactar la constitución de un nuevo modo de vida que quería servir de referencia para la transformación social de su época.

Pero con la expansión mercantil europea y la aparición de los primeros elementos de un mercado mundial a partir de la circunvalación de África y el descubrimiento de América, los reformadores sociales utilizarán un nuevo formato: la utopía. En la utopía ya no hay pioneros, lo que importa es la imaginación de una sociedad y su regulación, de la que se supone que emergerá un nuevo modo de vida, necesariamente feliz, al eliminarse las instituciones que constriñen, según cada autor, las capacidades humanas.

Pero eso cambia de nuevo con el socialismo. En el seno del primer partido obrero europeo, el de los comunistas icarianos, la utopía de Cabet, el «Viaje a Icaria» de 1843, es leído de una forma nueva, como una guía para construir aquí y ahora, no como una mera inspiración general (que era lo que pretendía su autor).

Y así llegamos a 1862, cuando Chernichevski publica su «Qué hacer». El libro es una novela muy particular. Tiene que salvar la censura zarista porque su autor está en prisión mientras la escribe y publica por entregas. Y tiene a su vez que definir un antes y un después entre el antizarismo anterior a la liberación de los siervos y la nueva etapa que se está abriendo en Rusia.

Chernichevski opta entonces por escribir una novela cero altisonante que sencillamente describa a los que imagina como pioneros de un nuevo modo de vivir. Se trata de acercar el futuro, de «arrancarlo» de la distancia de los ensueños utópicos y sembrarlo en la cotidianidad. Escribe:

Aspirad a él, trabajad por él, aproximadlo, trasladad de él al presente todo cuanto podáis

Como contábamos en nuestra «Historia de las Colectividades» el impacto del libro no puede entenderse sin las detalladas referencias que en la novela aparecen a las experiencias comunitarias y cooperativas de Robert Owen. Y aún menos sus resultados:

Se tradujo en un amplio movimiento, primero de comunas residenciales de estudiantes; luego de arteles rurales populistas que acabarían en parte en el tolstoianismo y en parte el cooperativismo, aunque algunos se convirtieran en empresas privadas; finalmente, desde los años 90, grupos de trabajadores formaron colectividades urbanas.

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